Tuenti es una red social orientada a los adolescentes. Cualquiera que haya entrado en esa página sabe que es lo más parecido a un nido de hormonas. Recordemos que para crearse un perfil en dicha página hay que tener, como poco, catorce años.
Ahora resulta que el problema radica en que el Defensor del Menor de Madrid se creó una cuenta falsa en Tuenti. La polémica, a mi juicio, no es ésa sino la siguiente: qué hace Tuenti para evitar que miles de niños tengan perfiles en los que mienten con su edad.
Por otro lado, a Tuenti le interesa que en su negocio no estén los padres de los adolescentes porque perdería su razón de ser. Los niños ya no se atreverían a mostrar las explícitas fotos y comentarios de su último ligue. En ese caso le propongo a Tuenti que, por cada menor que tenga en su red, le ofrezca una invitación a sus padres.  Me temo que entonces el garito que se han montado quebraría en poco tiempo. Lo que realmente le interesa a Tuenti es que su chiringuito sea un coto vedado a la gente mayor.
Que no me venga el tal Ícaro Moyano a decir que los perfiles falsos son rápidamente descubiertos porque eso es desconocer aún más la realidad de su casa. Moyano debería asistir a una clase de Primaria y comprobar cómo muchos -por no decir la mayoría- de los niños tienen Tuentis con la edad falsificada.